La Agencia de Protección Ambiental (EPA) aprobó recientemente el uso de diez productos pesticidas que contienen isocicloseram, un tipo de sustancia perfluoroalquilada (PFAS), en una amplia gama de cultivos, incluidos patatas, cítricos, tomates y verduras de hojas verdes. Esta decisión ha provocado alarma entre científicos y defensores de la salud, quienes advierten sobre posibles riesgos para la salud y el medio ambiente a largo plazo.
¿Qué son las PFAS y por qué son peligrosas?
Los PFAS, a menudo llamados “químicos permanentes”, son compuestos sintéticos conocidos por su extrema estabilidad. Esto significa que no se descomponen en el medio ambiente ni en el cuerpo humano, acumulándose con el tiempo en el suelo, el agua y los tejidos vivos. La exposición a las PFAS se ha relacionado con supresión inmunitaria, alteración hormonal y aumento del riesgo de cáncer. La aprobación del isocicloseram trae estos riesgos directamente al suministro de alimentos.
El fundamento de la EPA frente a los hallazgos científicos
La EPA sostiene que cuando se usa según las indicaciones, los beneficios del control de plagas superan los riesgos potenciales. Sin embargo, los estudios internos de la EPA identificaron efectos preocupantes en pruebas con animales, incluida reducción de la fertilidad y daño hepático. Los científicos también advierten que el isocicloseram no permanece como un solo compuesto; se descompone en 40 productos químicos PFAS más pequeños, amplificando su presencia ambiental.
La amenaza a los polinizadores y al desarrollo humano
Más allá de los impactos directos sobre la salud humana, el isocicloseram representa una amenaza importante para los polinizadores como las abejas. Los estudios muestran que los niveles de exposición cerca de los campos tratados pueden exceder las dosis letales en 1.500 veces, poniendo en peligro aún más a las poblaciones de polinizadores, que ya están en disminución. Además, las PFAS se acumulan en los tejidos humanos, incluidos el cerebro, los pulmones e incluso la leche materna. Esto significa que la exposición puede comenzar en el útero, afectando la salud del desarrollo en períodos críticos. La EPA no incluyó protectores de seguridad para niños en la aprobación, a pesar de la mayor vulnerabilidad de los niños a la exposición química.
Cómo mitigar su exposición
Los consumidores preocupados por la contaminación con PFAS pueden tomar medidas para reducir su riesgo:
- Priorizar los productos orgánicos: La certificación orgánica prohíbe los pesticidas PFAS sintéticos.
- Compre localmente: Los mercados de agricultores permiten cuestionar directamente las prácticas de manejo de plagas.
- Lave bien los productos agrícolas: Aunque el lavado no elimina la contaminación sistémica, reduce los residuos en la superficie.
- Filtrar agua: Los filtros de agua certificados pueden eliminar los PFAS del agua potable.
- Abogar por cambios de políticas: Contactar a representantes puede impulsar regulaciones más estrictas.
La aprobación de los pesticidas PFAS pone de relieve un conflicto creciente entre los beneficios agrícolas a corto plazo y la salud pública a largo plazo. Las opciones informadas de los consumidores y la promoción de políticas siguen siendo herramientas fundamentales para abordar esta amenaza emergente.
