La demencia ya es bastante difícil por sí sola, pero una afección poco conocida llamada anosognosia la hace mucho más desafiante. La anosognosia es la incapacidad de reconocer la propia enfermedad, incluido el deterioro cognitivo. Esto significa que muchas personas con demencia o Alzheimer desconocen por completo su afección, o incluso la niegan rotundamente. No es terquedad, es una realidad neurológica.
¿Qué es exactamente la anosognosia?
El término en sí significa “sin conocimiento de la enfermedad”. Es una falla en la capacidad del cerebro para procesar información sobre su propia función. No se trata sólo de olvidar cosas; se trata de que el cerebro no logra registrar que algo está mal. Los estudios sugieren que hasta el 95% de los pacientes con demencia de inicio temprano y el 98% de los casos de inicio tardío experimentan anosognosia. Este es un detalle crítico: la enfermedad en sí misma a menudo impide que quienes la padecen busquen ayuda o incluso reconozcan el problema.
Cómo se manifiesta la anosognosia
La afección no significa simplemente que alguien olvide que tiene demencia. Se presenta en situaciones cotidianas:
- Una persona que insiste en que aún puede conducir con seguridad después de que le hayan revocado la licencia y se enoja cuando otros le quitan las llaves.
- Alguien que tiene dificultades con tareas básicas como cocinar pero rechaza ayuda y se frustra cuando la familia le ofrece ayuda.
- Un hombre que se pierde en un paseo familiar pero insiste en que conoce perfectamente la ruta.
Estos comportamientos no son un desafío deliberado; son el resultado directo del daño cerebral. El lóbulo frontal, responsable de la autoconciencia, suele ser el primero en verse afectado, lo que hace que la anosognosia sea más común en ciertos tipos de demencia.
Lo que los cuidadores deben saber
Lidiar con la anosognosia es emocionalmente agotador. Una persona con esta afección puede olvidar por completo su diagnóstico, fluctuando entre la conciencia y la negación. La clave es la empatía, no la lógica.
- Permite la independencia cuando sea seguro: Si pueden hacer algo sin hacerse daño, déjalos.
- Sugerir colaboración: En lugar de hacerse cargo, ofrézcase a ayudar con las tareas para evitar sentirse controlador.
- Valida las emociones: Cuando se enfaden, reconoce sus sentimientos en lugar de intentar razonar con ellos.
Recuerde, no pueden controlar su función cognitiva y su cerebro tiene dificultades para establecer conexiones. No es personal; es un síntoma de la enfermedad.
Prevención y Apoyo
Si bien no existe cura para la anosognosia en sí, la mejor defensa es la prevención de la demencia. Esto significa mantener un estilo de vida saludable: dieta equilibrada, ejercicio regular y control de la composición corporal.
Algunas investigaciones sugieren que los suplementos como la citicolina pueden mejorar la función cognitiva al aumentar la actividad en el lóbulo frontal, pero esta no es una solución definitiva.
En última instancia, si sospecha que alguien tiene anosognosia, el primer paso es consultar a un médico.
Hasta el 98 % de los pacientes con demencia experimentan anosognosia, lo que lo convierte en un desafío común pero que se pasa por alto. Comprender esta afección es vital tanto para los pacientes como para los cuidadores que enfrentan las complejidades de la demencia.































